
16 de mayo,
Día Internacional
de la Convivencia en Paz

En su resolución 72/130[1] de diciembre de 2017, la Organización de las Naciones Unidas declaró el 16 de mayo como el Día Internacional de la Convivencia en Paz. Con este día se pretende promover la tolerancia, la solidaridad, el respeto y la paz a nivel mundial.[2]
La paz implica identificar y aceptar las diferencias a través de la capacidad de escuchar, reconocer, respetar y apreciar a los demás, así como vivir de forma pacífica y unida.
A veces tendemos a ver los conflictos en general como algo negativo, y eso nos lleva a evitarlos y a postergar su resolución, en lugar de verlos como una oportunidad de cambios, de mejora y de aprendizaje. El problema es encontrar en la violencia una solución a los conflictos que surgen en las sociedades. La violencia nunca puede solucionar, pero, a menudo, tiende a concebirse como una herramienta de resolución de problemas en contraposición a la resolución pacífica de controversias.
Los valores de tolerancia, respeto, escucha, amabilidad, empatía, asertividad, entre otros, son esenciales para desarrollar respuestas creativas y enriquecedoras a los conflictos que nos rodean, y para desacreditar y descatalogar el uso de la violencia de cualquier tipo.
Actualmente existen cientos de conflictos armados, sobre todo guerras civiles y conflictos internos, pero también conflictos internacionales, muchos de los cuales se han iniciado con la intención de resolver algún conflicto de intereses entre partes contrapuestas. Sin embargo, ninguno de ellos está sirviendo para solucionar nada, y muchos continúan después de décadas, sin que se aprecie solución a la vista.
A modo de recordatorio, aunque de poco sirve señalarlo en el día internacional de la Convivencia en paz si en la práctica no se toman decisiones y acciones para cambiar realmente la situación, algunos de los conflictos armados activos en 2023 son los siguientes[3]:
-República Democrática del Congo: ataques a la población civil por grupos armados no estatales, como el M23, y diversos conflictos motivados por el control de las minas de coltán, mineral indispensable para fabricar todo tipo de aparatos electrónicos, como teléfonos móviles.
-Región del Sahel: ataques de grupos extremistas contra la población civil y las fuerzas de seguridad en Malí, Níger y Burkina Faso. El conflicto del Sahel tiene repercusiones para Benín, Côte d’Ivoire y Togo, que sufren igualmente ataques de los mismos grupos armados que operan desde Burkina Faso.
-Haití: Grupos fuertemente armados controlan el 60% de la capital, Puerto Príncipe, y todas las carreteras principales de entrada y salida de la ciudad, lo que ha forzado la huida de miles de personas. Dichos grupos están impidiendo la llegada de ayuda humanitaria a las personas que permanecen en el país.
-Yemen: El conflicto entre la coalición liderada por Arabia Saudí y el Gobierno yemení y el movimiento Ansar-Allah (también denominado “hutí”) se inició en marzo de 2015 y continúa hasta la fecha, habiendo causado ya más de 12.000 muertes entre la población civil.[4]
-Sáhara: La guerra del Sáhara Occidental continúa en 2023, desde que se reactivara la violencia a finales de 2021 en un conflicto que se inició hace décadas, sin que se prevea la garantía del derecho del pueblo Saharaui a la autodeterminación reconocido desde 1991.
-Palestina: Continúa el conflicto iniciado en los años 40, cuando los judíos empiezan a ocupar de forma ilegal los territorios que Naciones Unidas había concedido a los palestinos y a expulsar y a discriminar a su población, y el Estado de Israel inició su política de apartheid contra la población palestina, a la que asesina, tortura, y priva de todos sus derechos humanos.
Esta enumeración es muy reducida, existen muchos más conflictos armados activos en el mundo a día de hoy de los que apenas se habla, muchos de ellos totalmente cronificados y respaldados por la pasividad y complicidad internacionales.
La convivencia pacífica se configura así como un ideal del que estamos muy lejos, y para cuyo alcance es necesario revisar nuestra escala de valores, nuestras prioridades, nuestra educación, nuestra socialización, etc., y dirigirlos hacia el respeto, el entendimiento, la empatía, la generosidad, y, en consecuencia, la no violencia.
[1] https://daccess-ods.un.org/tmp/2060388.02862167.html
[2] https://www.diainternacionalde.com/ficha/dia-internacional-convivencia-en-paz
[3] https://www.unhcr.org/spotlight/es/2023/01/2023-el-momento-de-la-verdad-para-el-desplazamiento-mundial/#:~:text=Afganist%C3%A1n%2C%20Bangladesh%2C%20Pakist%C3%A1n%2C%20el,personas%20desplazadas%20por%20la%20fuerza.
[4] https://www.oxfam.org/es/que-hacemos/emergencias/crisis-en-yemen#:~:text=La%20poblaci%C3%B3n%20de%20Yemen%20est%C3%A1,muertes%20entre%20la%20poblaci%C3%B3n%20civil.
DIA INTERNACIONAL DEL PUEBLO GITANO

El día 8 de abril se celebra el Día Internacional del Pueblo Gitano, en conmemoración del Primer Congreso Mundial romaní/gitano, que se celebró el 8 de abril de 1971, en Londres, y en el que se instituyeron la bandera y el himno gitanos.
Aunque todos hemos oído hablar del pueblo gitano, la realidad es que sabemos muy poco acerca de él, y lo habitual es tener una visión limitada de esta comunidad, reduciéndola a los prejuicios y estereotipos socialmente interiorizados.
Debido a que los prejuicios[1] y estereotipos[2] son, a menudo, los cimientos del racismo, las personas gitanas son uno de los grupos más discriminados en España y en otras partes de Europa y del mundo, enfrentando un racismo y una opresión, extendidos a todos los ámbitos de la vida[3], tan normalizados e interiorizados que se vuelven prácticamente invisibles sin una mirada crítica e informada.
Son muchos los estereotipos que se han impuesto al pueblo gitano a lo largo de los años, y no es necesario que yo los escriba aquí, basta con que cada uno indague un poco en la concepción que tiene sobre las personas gitanas, cuánto sabe acerca de este pueblo, qué ideas asocia con él y por qué, cuánto se relaciona con personas gitanas… y seguro que sale una lista muy larga de atribuciones aleatorias, generalizaciones, asunciones no fundamentadas, etc.
Los gitanos y las gitanas son ciudadanos europeos. Esta comunidad está integrada por aproximadamente 12 millones de personas distribuidas por casi todos los estados del continente europeo, al que llegaron en el siglo XIII. En el caso de España, se estima que la población gitana ronda las 750.000 personas desde su llegada en el siglo XIV, con una mayor presencia en las comunidades autónomas de Madrid, Andalucía, Cataluña y la Comunidad Valenciana.[4]
Pero ¿desde dónde vinieron las personas gitanas? De acuerdo con la organización Unión Romaní, el origen del pueblo gitano se encuentra en la India, en particular en las regiones del Punjab y Sinth, donde esta comunidad era conocida como “rromanò thèm”, de ahí el término romaní.[5] El éxodo de las personas gitanas desde dichos territorios, si bien se inicia en el siglo IX con la llegada del Islam, se vuelve masivo en el siglo XIII con la invasión de sus territorios por los ejércitos mongoles. Se asentaron en Persia durante y un tiempo y posteriormente continuaron su viaje hasta Europa, huyendo de continuas invasiones y guerras. Así, los primeros asentamientos gitanos en Europa tuvieron lugar en las islas del mediterráneo y la Grecia continental, a mediados del siglo XIV.[6]
¿Y de dónde viene la palabra “gitano”? Si bien los términos romaní y gitano se utilizan indistintamente para hacer referencia a este pueblo originario del noroeste de la India, la palabra “gitano” viene del vocablo “egiptano”, por la creencia errónea de los Persas de que los gitanos que llegaron a sus territorios hacia el siglo IX provenían de Egipto.[7]
Es habitual que las personas de la comunidad gitana sean percibidas como un grupo homogéneo, negando su individualidad y diversidad, y con ello, deshumanizándolos. Es por ello que, aprovechando la celebración este mes del Día Internacional del Pueblo Gitano, me gustaría compartir una serie de referentes, artistas y profesionales de distintos ámbitos, que comparten su origen romaní, que contribuya a ampliar esa visión reduccionista que se tiene del Pueblo Gitano y a romper con los prejuicios que alimentan el racismo antigitano. Además, para poder hablar del Pueblo Gitano, debemos escuchar las voces de sus integrantes, y no las explicaciones e interpretaciones etnocentristas que conciben a esta comunidad como una “otredad” a la que miran desde fuera.
Una gran referente es Silvia Agüero, escritora feminista gitana, que trabaja para recuperar y dar a conocer la memoria de la opresión del pueblo gitano. Es autora junto, con Nicolás Jiménez, del blog “Pretendemos gitanizar el mundo”, y del libro “Resistencias Gitanas”, y hace una labor muy importante de activismo por la causa gitana, dando a conocer las diferentes realidades de este pueblo y rompiendo con esquemas y estereotipos asociados a él. Además, es una de las creadoras de la revista “Píkara Magazine”, en la que se tratan todo tipo de temas sociales, políticos, y culturales con mirada feminista.[8]
Hedina Sijerčić es poeta, narradora, ensayista, periodista, pedagoga, traductora, investigadora, lingüista, doctora con una tesis sobre la literatura romaní, profesora de lengua, literatura y cultura romaní en la Universidad de Zagreb, activista por la causa gitana, feminista, madre y abuela. Llegó a Alemania huyendo de la limpieza étnica llevada a cabo durante la guerra de Bosnia. Desde Alemania emigró a Canadá donde pudo trabajar como maestra y desarrollar su activismo pro derechos romaníes. Es autora del libro “Romany Legends”, entre otros.
Carmen Santiago Reyes, es abogada y docente en la Escuela de Práctica Jurídica de Córdoba. Actualmente es Presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Gitanas Kamira, designada miembro del Comité Consultivo del Convenio Marco para la protección de las Minorías Nacionales. Además, Carmen Santiago participa en el grupo de trabajo de la Dirección de Migraciones, dependiente del Consejo de Europa, para elaborar las bases de un próximo foro europeo de gitanos.[9]
La Fundación Secretariado Gitano ha redactado un artículo titulado “20 escritoras gitanas que deberías leer”[10] en el que nos da a conocer a 20 escritoras y sus principales aportaciones, a las que es muy probable que no conozcas y que reflejan la invisibilización que sufre el Pueblo Gitano.
Para terminar, y a modo de curiosidad, me llama la atención que, si bien todo el mundo conoce las Rapsodias húngaras, de Franz Liszt, prácticamente nadie sabe que, para escribirlas, incorporó melodías populares romaníes, imitando el estilo y técnicas de famosos compositores y violinistas gitanos de su tiempo, como János Bihary y Antal Csermák.[11] Sin embargo, una de las ideas que seguro que asociaste al pueblo gitano, al plantearte la pregunta de cuál es tu concepción del mismo, es su vinculación cultural con el flamenco, pero seguro que no asociaste a las personas gitanas con la música clásica.
[1] RAE: Opinión previa y tenaz, por lo general desfavorable, acerca de algo que se conoce mal. https://dle.rae.es/prejuicio
[2] RAE: Imagen o idea aceptada comúnmente por un grupo o sociedad con carácter inmutable. https://www.rae.es/desen/estereotipo
[3] https://news.un.org/es/story/2019/01/1450012
[4] Secretariado Gitano, Libro Dosta: https://www.gitanos.org/upload/20/38/LIBRO__DOSTA_web.pdf
[5] El origen de esta palabra lo encontramos en el término “rom” que significa hombre en la lengua romaní.
[6]https://unionromani.org/pueblo_es.htm#:~:text=%2D%20El%20pueblo%20gitano%20%2Do%20rroman%C3%B2,casi%20totalidad%20de%20los%20investigadores.
[7] https://www.gitanos.org/upload/20/38/LIBRO__DOSTA_web.pdf.
[8] https://www.pikaramagazine.com/
[9] https://www.gitanos.org/publicaciones/50mujeres/pdf/Carmen-Santiago-Reyes.pdf
[10] https://www.gitanos.org/actualidad/archivo/114935.html
[11] https://www.accioncultural.es/virtuales/vidasgitanas/pdf/vidas_gitanas_11.pdf


Tolerancia cero
Este lunes 6 de febrero fue el Día Internacional de Tolerancia Cero para la Mutilación Genital Femenina, designado como tal por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2012, con el objetivo de concienciar y promover la ampliación de los esfuerzos para la eliminación de dicha práctica.
La mutilación genital femenina (MGF) consiste en la escisión total o parcial de los genitales externos femeninos, aunque el término se utiliza, en general, para hacer referencia a todos aquellos procedimientos que, sin estar motivados por razones médicas, alteran o dañan los genitales de mujeres y niñas. Este tipo de prácticas, independientemente de cómo se realicen, pueden tener graves consecuencias para las personas a las que se les practica: complicaciones en el parto, riesgo de transmisión de ETS, sangrados, dolor crónico, afecciones psicológicas, e incluso, la muerte.
Se trata de una práctica tradicional surgida de la creencia de que “potencia la belleza, el honor, las posibilidades de matrimonio, el estatus social, etc.”, que afecta exclusivamente a mujeres y niñas, por lo que sus vinculaciones con el género son evidentes.
Aunque debido a la naturaleza privada de estas prácticas es difícil disponer de cifras exactas de sus víctimas, se estima que alrededor de 200 millones de niñas y mujeres han sufrido la escisión total o parcial de sus genitales externos.
Si bien la MGF se asocia a culturas ancestrales, lo cierto es que en la actualidad alrededor de 3 millones de mujeres y niñas están en riesgo de sufrirla en alguno de los 30 países en los que todavía se practica.
Pero, aunque se trata de una práctica milenaria, hay motivos para pensar que se puede acabar con ella, de ahí que la ONU, más allá de fijar un día de tolerancia cero para esta práctica, se ha propuesto su plena erradicación para 2030, en cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible nº5 relativo al logo de la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de mujeres y niñas.
Y, ¿por qué es tan importante la erradicación de esta práctica? Porque como explica la activista contra la mutilación genital femenina para las niñas de las comunidades pastorales de Kenia, Nice Nailantei Leng’ete, aparte de provocar un daño irreparable e innecesario a mujeres y niñas, “la mutilación genital es la raíz del analfabetismo femenino y de los matrimonios precoces”, porque una niña mutilada genitalmente, tenga los años que tenga, pasa a ser considerada mujer adulta, es obligada a abandonar la escuela para casarse con un hombre adulto, que se encargará de su manutención – mientras la explota sexualmente en calidad de “esposa” – anulando cualquier posibilidad de desarrollo, aprendizaje y autonomía por parte de ella.
Pero ¿qué hay que hacer para erradicar esta práctica sin caer en la imposición desde el occidentalismo cultural hegemónico? La respuesta nos la da la activista Asha Ismail, fundadora de la ONG “Save a girl, save a generation”, cuando afirma que, una vez asumido lo inaceptable y extendido de la MGF, lo que se debe hacer es entenderla y contextualizarla, formar a profesionales en países de acogida para que no estigmaticen y victimicen a quienes la han sufrido en otros lugares y comprender lo que significa para determinados colectivos, como paso previo a la erradicación.
Como recalca Asha Ismail: “Tenemos que ponernos en lugar de las personas, entender y trabajar a partir de ahí. La mutilación no depende de la economía, la clase social, los estudios: se hace porque quieres ser aceptada”. De hecho, todavía existen comunidades en que las niñas que se niegan a sufrir esta práctica son repudiadas por sus propias familias.
Gracias a A. Ismail conocemos un ejemplo de medida transitoria que está teniendo unos resultados muy favorables en la reducción de la MGF: se ha inventado un “rito de paso” alternativo, que respeta las costumbres limpiándolas de sangre. Para evitar el daño y sufrimiento innecesario a las niñas y mujeres en las comunidades en que la práctica de la MGF es un ritual tradicional y asociado al honor, se hace una ceremonia idéntica a la tradicional, pero sin mutilación, se bendicen los libros y se anima a las niñas a estudiar, y antes de la ceremonia se ofrece un curso sobre educación sanitaria y los derechos de la mujer.
Y es que, si se quiere erradicar de manera efectiva esta práctica tan dañina, hay que escapar de las imposiciones desde la superioridad y la ajenidad, hay que entender los orígenes, motivaciones, contextos y percepciones que la rodean, escuchar a los miembros de esas comunidades y asumir su liderazgo en el proceso.

¿Conocías el Día Mundial de la Cultura Africana y de los Afrodescendientes?
El pasado martes 24, como cada 24 de enero desde 2020, se celebró el Día Mundial de la Cultura Africana y de los Afrodescendientes.
Esta conmemoración tiene su origen en el reconocimiento por parte de la UNESCO en el año 2019 de la necesidad de dar visibilidad y celebrar las múltiples culturas del continente africano y las diásporas africanas por los 5 continentes, garantizando su derecho humano al reconocimiento y goce de los rasgos distintivos espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a los distintos pueblos africanos y a su descendencia, lo que incluye sus expresiones artísticas, modos de vida, valores, las tradiciones y creencias.
Pero, ¿por qué el 24 de enero? Porque el 24 de enero de 2006 tuvo lugar la adopción de la Carta para el Renacimiento Cultural de África en 2006 por los Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Africana, de manera que este día mundial conmemorativo pretende también dar fuerza a este instrumento y a su implementación.
Sin embargo, es fácil que no conozcas este día. Es frecuente encontrarnos con referencias al continente africano como si de un único país se tratase; referencias a la cultura africana reduciéndola a una sola y a una serie de estereotipos y asunciones que quedan muy lejos de la riqueza de las culturas nacidas en este continente; o incluso devaluaciones públicas de los contenidos de estas culturas, despreciando y negando sus aportaciones de alcance universal.
El eurocentrismo nos ha llevado a apartarnos progresivamente de los aportes culturales africanos, así como al apropiamiento interesado de algunos de ellos. Un reflejo de este apartamiento lo podemos encontrar haciéndonos las siguientes preguntas: ¿De dónde son los escritores/as de los libros que leo?; ¿de dónde son los directores/as de las películas que veo?; ¿de dónde son mis amistades?; ¿de dónde son los dueños/as de los establecimientos en los que compro?, etc. En definitiva, podemos afirmar que no consumimos cultura africana ni nos relacionamos con personas africanas o afrodescendientes.
Otra cosa que igual no sabías es que estamos en el Decenio Internacional de la Afrodescendencia, que terminará el 31 de diciembre de 2024, o sea, que empezó en enero de 2015 y puede que ni siquiera te hayas enterado. El objetivo del decenio es la protección de los derechos de los centenares de millones de personas descendientes de africanos que se encuentran en las Américas y en el resto del mundo, bajo el lema “Reconocimiento, Justicia, y Desarrollo”. Con esta iniciativa se pretende promover la erradicación de las injusticias sociales arrastradas durante años hasta la actualidad, luchar contra el racismo, los prejuicios y la discriminación racial que sufren las personas que integran aquellos colectivos caracterizados por rasgos étnicos o raciales distintos a la blanquitud, es decir, se parte del reconocimiento de que, a día de hoy, sigue existiendo una estructura social basada en la supremacía blanca-occidental, que ejerce racismo y discriminación afectando a las vidas de millones de personas, con la que debemos acabar.
Luchar contra el racismo en el que estamos inmersos empieza por darle verdadero valor a las culturas africanas, pero, sobre todo, a las PERSONAS africanas y afrodescendientes. El privilegio blanco nos permite estar al margen de las discriminaciones raciales que sufren a diario en los mismos contextos en que nos movemos, nos permite “no verlo” aunque esté ahí, pero tenemos herramientas para no contribuir a la perpetuación de las desigualdades, el odio, el racismo, y la discriminación, adoptando posturas activas y antirracistas, empezando por revisar nuestros propios prejuicios, estereotipos, conductas, lenguaje, etc. Es decir, debemos empezar a percibir y reconocer que realmente hemos contribuido y seguimos contribuyendo a esa relegación de las múltiples culturas africanas y de las personas africanas y afrodescendientes, por mucho que señalemos el día Internacional de la Cultura Africana y los Afrodescendientes en nuestros calendarios.
El respeto y la promoción de la cultura africana y de los afrodescendientes son cruciales para la humanidad en su conjunto.